Mujer de 61 años con antecedente de colitis ulcerosa que acudió al Servicio de Urgencias por febrícula y dolor en fosa ilíaca derecha en las últimas 36 horas. Realizaba tratamiento con metilprednisolona y mesalazina. En la exploración, el abdomen era doloroso a la palpación, sobre todo en fosa ilíaca derecha, y presentaba positividad para el signo de Blumberg. La analítica mostraba 33600 leucocitos (93% neutrófilos), fibrinógeno 696 y orina con piuria. Radiografía simple de abdomen y ecografía abdominal normales. Tras las primeras horas no se detectó fiebre, el dolor abdominal fue desapareciendo y comenzó a tener alguna deposición líquida, por lo que su cuadro se asoció a su patología de base. En los siguientes días, con dieta absoluta y sueroterapia, llegó a encontrarse asintomática y con normalización de la analítica. Una TC de abdomen únicamente detectó la presencia de una pequeña área cecal inflamatoria con infiltración de la grasa adyacente.
Ante la
ausencia de claridad en el origen del cuadro, el noveno día de evolución se
decidió realizar una fibrocolonoscopia. En la misma (figuras
La enferma fue intervenida en ese mismo día.
La curiosidad de las imágenes radica en que el diagnóstico se realizó mediante una prueba que, en una situación de claridad en el diagnóstico de la enferma, nunca se hubiera realizado, pues estaría contraindicada su realización por el riesgo de perforación.